CARACTERÍSTICAS
SOBRE LA ADICCIÓN AL SEXO Y AL AMOR

Al tener pocos límites saludables, nos involucramos sexualmente y/o nos apegamos emocionalmente a personas sin conocerlas.

Por temor al abandono y a la soledad, permanecemos y volvemos a relaciones dolorosas y destructivas, ocultando nuestras necesidades de dependencia de nosotros mismos y de los demás, volviéndonos más aislados y alejados de nuestros amigos y seres queridos, de nosotros mismos y de Dios.

Por temor a la privación emocional y/o sexual, buscamos y nos involucramos compulsivamente en una relación tras otra, a veces teniendo más de una relación sexual o emocional a la vez.

Confundimos el amor con la necesidad, la atracción física y sexual, la compasión y/o la necesidad de rescatar o ser rescatado.

Nos sentimos vacíos e incompletos cuando estamos solos. Aunque tememos la intimidad y el compromiso, buscamos continuamente relaciones y contactos sexuales.

Sexualizamos el estrés, la culpa, la soledad, la ira, la vergüenza, el miedo y la envidia. Usamos el sexo o la dependencia emocional como sustitutos de la crianza, el cuidado y el apoyo.

Usamos el sexo y la implicación emocional para manipular y controlar a otros.

Nos quedamos inmovilizados o seriamente distraídos por obsesiones o fantasías románticas o sexuales.

Evitamos la responsabilidad sobre nosotros mismos al apegarnos a personas que no están disponibles emocionalmente.

Seguimos esclavizados por la dependencia emocional, la intriga romántica o las actividades sexuales compulsivas.

Para evitar sentirnos vulnerables, podemos alejarnos de toda relación íntima, confundiendo la anorexia sexual y emocional con la recuperación.

Atribuimos cualidades mágicas a los demás, los idealizamos y los perseguimos, para luego culparlos de no cumplir nuestras fantasías y expectativas.